En 1970, el cineasta Luchino Visconti viajó por toda Europa en busca del chico perfecto para personificar la belleza absoluta en su adaptación de "Muerte en Venecia" de Thomas Mann. En Estocolmo descubrió a Björn Andrésen, un tímido adolescente de 15 años, a quien llevó a la fama internacional de la noche a la mañana y llevó a pasar un corto pero intenso tramo de su turbulenta juventud entre el Lido de Venecia, Londres, el Festival de Cine de Cannes y el tan lejano Japón. Cincuenta